martes, 24 de julio de 2012

No todos los sueños se hacen realidad...

-¿Crees que lo nuestro acabará bien? - Dijo ella con un susurro, como el aleteo de un insecto.
Él la miró, como solía hacer cuando se comportaba de esa forma. Sus ojos caramelo penetraron en el interior del color oliva de los de ella, derritiéndolos y haciendo que una lágrima cayera por su sonrosada mejilla. Extendió su mano hacia ella, borrando todo rastro de agua que quedara en su blanquecina tez. Levantó la comisura de sus labios, dibujando una suave y triste sonrisa en su cara y cerrando los ojos al contacto de la mano de él. Una ráfaga de viento se levantó entre ellos, como si el destino los quisiera separar, como si estar juntos fuera un error. Entonces ambos se volvieron a mirar y lentamente se acercaron. Apenas un milímetro los separaba, sus párpados casi caídos del todo, y él murmuró:
-No, porque nunca va a acabar. -Y la besó.
Al contacto de sus labios un fuego abrasador y reconfortante los recorrió a ambos, dejando atrás toda preocupación. Hizo desaparecer el mundo y solo dejó a su alrededor el ruido del movimiento de las copas de los árboles, que no consiguieron silenciar los acompasados latidos de sus corazones lo malo de esta situación era que al poco tiempo, ella despertó del sueño sola en su cuarto con una lagrima en su sonrosada mejilla de haber estado llorando por el toda la noche...